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Guggenheim Bilbao | “Expresionismo Abstracto”

Ya esta inaugurada en el Museo Guggenheim Bilbao la exposición “Expresionismo Abstracto”, una ambiciosa selección de obras de los artistas que protagonizaron un giro radical y una etapa de nuevo esplendor de la pintura en el Nueva York de la década de 1940. Jackson Pollock, Mark Rothko, Willem de Kooning, Robert Motherwell, David Smith o Clyfford Still son solo algunos de los artistas presentes en una muestra que reúne más de 130 pinturas, dibujos, esculturas y fotografías procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo. Esta exposición arroja una nueva luz sobre el Expresionismo Abstracto, un fenómeno diverso, complejo y poliédrico, a menudo erróneamente percibido como un todo unificado, revisando la idea de que estuviera centrado exclusivamente en la ciudad de Nueva York, e incluye a figuras de la costa oeste como Sam Francis, Mark Tobey y Minor White.

A diferencia del Cubismo y el Surrealismo que le precedieron, el Expresionismo Abstracto escapa de toda fórmula establecida y supone una celebración de la diversidad y la libertad individual a la hora de expresarse. Eran los años del free jazz y la poesía de la generación beat, con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo, y un grupo de artistas rompieron con las convenciones establecidas dando lugar a un movimiento que nace de una experiencia artística y vital común en el que, sin embargo, cada uno de ellos tenía su propio estilo.

Son características de este movimiento las obras de escala colosal, en ocasiones intensas, espontáneas y sumamente expresivas, y en otras ocasiones más contemplativas, a través de grandes campos de color. Estas creaciones redefinieron la naturaleza de la pintura y aspiraban no solo a ser admiradas desde lejos sino también a ser disfrutadas como encuentros bidireccionales entre el artista y el observador. A la vez que el autor expresa sus emociones y transmite la sensación de hacerlas presentes en la obra, la percepción del espectador constituye el elemento final de esta interacción. Así, “La pintura abstracta es abstracta. Se enfrenta a ti”, como afirmaría Pollock en 1950, pudiendo la intensidad de este encuentro verse acentuada por la forma de exhibir la obra, tal y como ocurre en la Capilla Rothko en Houston.

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Obra temprana.

Los primeros años del Expresionismo Abstracto reflejan la época aciaga en la que surge el movimiento, marcada por las dos Guerras Mundiales o la Gran Depresión, como se aprecia en los tenebrosos esqueletos de la serie de Jackson Pollock Paneles sin título A–D (Untitled Panels A–D, 1934–38), en la arquitectura representada por Mark Rothko en Interior (1936), o en la obra de Philip Guston El porche (The Porch, 1946–47), donde la figura humana aparece amenazada y adopta un tono macabro, con una clara influencia del Holocausto. En la década de 1940 estas connotaciones evolucionaron hacia un lenguaje más universal que incluía la creación de mitos —como Mujer idólatra I (Idolatress I, 1944) de Hans Hofmann—, arquetipos —como los totémicos Masculino y femenino (Male and Female, 1942–43) de Pollock —, y formas primitivistas —como los salvajes biomorfos de Ondulación (Undulation, ca. 1941–42), de Richard Pousette-Dart—. Willem de Kooning confiere una sensibilidad subjetiva a motivos abstractos en Sin título (1939–40), mientras que William Baziotes, Gerome Kamrowski y Pollock presentan en la obra que hicieron en colaboración Sin título (1940–41) otra tendencia en auge que consistía en permitir que la pintura fluyera casi a su antojo.

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Jackson Pollock. «Mural», 1943. Óleo y caseína sobre lienzo 243,2 x 603,2 cm.
The University of Iowa Museum of Art. Donación de Peggy Guggenheim, 1959.6
© The Pollock-Krasner Foundation, VEGAP, Bilbao, 2016

La audacia de dos mujeres.

Si bien los Expresionistas Abstractos que mayor proyección alcanzaron fueron en su mayoría hombres, esta se debió, en parte, al apoyo y determinación de dos mujeres: Peggy Guggenheim y Betty Parsons. Estas dos galeristas abordaron el mercado del arte de manera distinta, algo que fue patente en diversos aspectos, desde el diseño de sus espacios expositivos hasta las relaciones y acuerdos que alcanzaron con los artistas a quienes respaldaron. La singular Art of This Century, diseñada en su totalidad por Frederick Kiesler para Peggy Guggenheim, contrastaba con los modernos espacios blancos y abiertos de la Betty Parsons Gallery. Mientras que para la primera su faceta de coleccionista y mecenas estaba muy ligada a sus relaciones con los artistas, la segunda estableció contratos detallados con ellos, al tiempo que les otorgó libertad para disponer sus propias exposiciones.

Jackson Pollock.

Pollock (Cody, Wyoming, 1912–Springs, Nueva York, 1956) es considerado el adalid del Expresionismo Abstracto. Con el gigantesco mural que pintó para la residencia de la coleccionista y mecenas Peggy Guggenheim en 1943 marcó un hito en la historia del primer Expresionismo Abstracto, propiciando que tanto Rothko como Gorky produjeran sus mayores lienzos al año siguiente.

Su Mural (1943), que combina un audaz tratamiento pictórico con un tamaño colosal, dio a Pollock la confianza para explorar el proceso pictórico en las ingentes superficies de Retrato de HM (Portrait of HM, 1945) y Bruma nocturna (Night Mist, 1945), hasta alcanzar su estilo característico de 1947–50. Con el lienzo sin tratar extendido en el suelo, Pollock vertía y salpicaba sus pigmentos con sorprendente control creando laberintos al ritmo que seguía su cuerpo y sugieren tanto una especie de escritura mental como un desahogo muscular. El artista describía estas extraordinarias tracerías como “energía y movimiento hechos visibles, recuerdos detenidos en el espacio”. Tal vez lo más llamativo sea cómo el estilo sumamente personal de Pollock, lejos de suponer una limitación, era capaz de generar efectos tan diversos.

Traumatizada por la muerte de Pollock en el verano de 1956, su esposa, Lee Krasner, no pudo desembarazarse de su larga sombra hasta 1960, fecha en la que crea su colosal lienzo de ritmos saltarines y arqueados vectores El ojo es el primer círculo (The Eye Is the First Circle), que podría considerarse como el más excelso homenaje al radical logro de Pollock. Una similar sensación de inmensidad interior caracteriza los campos casi micrográficos creados por Krasner y la artista ucraniana-estadounidense Janet Sobel a finales de la década de 1940. Lo más probable es que la fusión que Sobel hacía de lo micro y lo macrocósmico impresionara a Pollock e influyera en su posterior adopción del estilo de pintura all -over. También puede decirse que las más de 200 Elegías a la República Española (Elegies to the Spanish Republic, 1965–75) de Robert Motherwell tenían un carácter contemplativo; la versión presente en esta sala se inspiró en el Mural de Pollock, y por ello sirve también como homenaje al artista. La escultura de David Smith Tanque tótem III (Tanktotem III,1953) evoca una ufana y bestial presencia sacada de Mural y trasladada al mundo tridimensional.

Museo Guggenheim Bilbao, Press | Expresionismo Abstracto.

Fechas: del 3 de febrero al 4 de junio, 2017 | Organizada por la Royal Academy of Arts, Londres en colaboración con el Guggenheim Bilbao. | Comisarios: David Anfam, Edith Devaney y Lucía Aguirre.

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Arshile Gorky. «Agua del molino de las flores», 1944. Óleo sobre lienzo 107,3 x 123,8 cm.
The Metropolitan Museum of Art, Nueva York, George A. Hearn Fund, 1956 (56.205.1) © ARS, NY and DACS, London 2016.
Foto © 2016. Imagen © The Metropolitan Museum of Art/Art Resource/Scala, Florencia.

 

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