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¡Que listos son los polacos!

Informa la agencia Reuters que el Ministerio de Cultura polaco compró ayer por unos 100 millones de euros una colección privada de obras de arte valorada en al menos 2.000 millones, incluyendo el lienzo de la joven Cecilia Gallerani “La dama del armiño” de Leonardo da Vinci, además de otras bagatelas como piezas de Renoir y Rembrant. Se trata de la adquisición de la colección propiedad de la Fundación Czartoryski, que cuenta con unos 85.000 objetos y 250.000 manuscritos y libros.

La historia del cuadro es muy curiosa, pero en la única vez que visitó España –Palacio Real de Madrid, mayo de 2011- el presidente y fundador del Consejo de la Fundación Princes Czartoryski, Adam Karol Czartoryski dijo entonces que «Si se pierde, me muero«. ¡Que mala es la hemeroteca!. Ayer, en rueda de prensa, Mr. Karol decía que “es solo una donación”, a instancias de la pregunta de un periodista de la BBC que sostiene que la junta de la fundación ha dimitido en bloque en protesta contra la operación de venta. Cien millones de euros son cien millones de euros, por más que se pongan pesados a preguntar. La dama y su comadreja es, tal vez, el único cuadro del mundo de Leonardo da Vinci que está en manos privadas, propiedad histórica de la familia Czartoryski, y su propietario declaró anoche “me limito a seguir la senda de mis antepasados. Siempre trabajaron por la nación polaca«. El retrato fue adquirido por la familia Czartoryski en Italia en 1798 y trasladado posteriormente a Polonia, donde fue expoliado por los nazis en 1939, para regresar definitivamente a suelo polaco tras la guerra. Ayer, se vendió.

Además de esta obra de Da Vinci, –asegurada en 350 millones de euros-, la colección cuenta con dibujos de Renoir y Paisaje con el buen samaritano, de Rembrandt, entre otros. La princesa Izabela Czartoryska inició esta colección en 1801 con el objetivo de salvar obras polacas y europeas de la ocupación de Polonia por parte de Austria, Prusia y Rusia. Por su parte, el Ministro de Cultura polaco aseguró que con esta adquisición se garantiza que la colección de la Fundación Czartoryski no saldrá nunca de Polonia.

Portrait of Cecilia Gallerani (Lady with the Ermine), about 1488 Portrait of Cecilia Gallerani (Lady with the Ermine), about 1488

La dama sin armiño.

Un análisis del cuadro de Leonardo asegura que al principio lo pintó sin el animal. El genio añadió una criatura más pequeña que finalmente modificó.

La dama del armiño no tenía armiño. Al principio, el célebre cuadro de Leonardo da Vinci mostraba a la joven Cecilia Gallerani sin el animal en su regazo. Es lo que asevera el último análisis en profundidad del ingeniero francés Pascal Cotte, quien ya estudió con su L.A.M (una máquina capaz de sacar imágenes de 240 millones de píxeles) La Gioconda y La bella princesa. De hecho, su trabajo contribuyó a atribuir definitivamente la segunda obra a Leonardo. De ahí que sus análisis hayan obtenido cierta credibilidad e Il Corriere della Sera publica hoy el veredicto de su último estudio.

Los resultados ya han sido entregados al príncipe Czartoryski, dueño de la obra, que se custodia en Cracovia. Así, resulta que La dama del armiño fue en su origen un retrato más convencional, aunque tuviera ya desde el principio esa pose y esa mirada tan poco habitual, hacia un lado, hacia –según algunas hipótesis- un amante que entraría de repente en la habitación. Curiosamente, el mismo análisis desvela que Gallerani pasó de no tener ningún armiño a contar con dos.

Cotte descubrió una primera versión del armiño, mucho más pequeña y con una cola negra, que yace escondida debajo de la pintura, invisible al ojo humano pero no a la lupa de millones de píxeles del ingeniero francés. La hipótesis del experto es que fuera el duque Ludovico Sforza, de quien la quinceañera Gallerani fue amante, el que pidió a Leonardo una modificación del animal. Así, el armiño final ganó músculos y tamaño: “El duque era un hombre de poder, ambicioso, difícilmente podía verse reflejado en esa criatura delicada. Mi interpretación es que entonces Leonardo convirtiera el armiño en un símbolo emblemático, como se hace con leones, dragones y salamandras. Lo agrandó y lo hizo más musculoso, poderoso, valiente”.

A favor de la teoría de Cotte jugaría también el hecho de que el soneto que el poeta Bernardo Bellincioni, que a la sazón residía con los Sforza, dedicó a la obra no cita en ningún momento al armiño. El ingeniero francés sostiene además que Leonardo modificó la mano derecha de la joven, precisamente debido a la aparición del armiño. Entre otros cambios, el análisis añade que la vestimenta de la joven ganó algunas decoraciones y perdió varios lazos por el camino.

La dama del armiño es una de las obras más conocidas de Leonardo. Fue pintada hacia 1490 cuando el genio trabajaba al servicio del duque Sforza, en Milán. El cuadro pertenece a la familia polaca Czartoryski desde que, a principios del siglo XIX, el príncipe Adam Jerzy lo adquiriera, probablemente en Italia. A lo largo de la historia ha sido objeto de varias controversias, sobre todo respecto a la identidad de la mujer retratada. En realidad, mucho se ha debatido también sobre el animal: ¿garduña? ¿hurón? ¿Comadreja?. Finalmente, se concluyó que era un armiño. Mejor dicho, dos.

Texto “La dama sin armiño” extracto cortesía: El País | Sep. 2014.

Portrait of Cecilia Gallerani (Lady with the Ermine), about 1488

 

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