El primo de riesgo
Pues eso. Lo que lees. El primo, de riesgo. Jugar con el doble sentido de las palabras, y de la frase. Mucha leyenda sobre lo millonarios que se hacen los artistas, y mucha necesidad como realidad cotidiana. Hay que ser un poco “primo” para dedicarse a esto del Arte, y “riesgo” porque la mayoría de las veces / meses hay que quemar caballetes o lienzos para calentarse, como hacia un tal Pablo Picasso cuando llegó jovencito a Montmartre.
Aquí vamos nosotros. Herederos de un pintor que, durante casi cuarenta años, dibujó y pintó de manera incansable pero le daba miedo enseñar al público su pintura. Miedo escénico. Miedo patológico. Y ahora tenemos la –hermosa- tarea de mostrar al mundo la obra realizada. Más de 1500 piezas en esta Casa Museo, en diversas etapas pictóricas, de un antiguo profesor en Bellas Artes, experimental y perfeccionista, que es muy probable asombre a quien lo vea, porque en realidad era, es, genial.
Una Obra con mayúsculas, variada, singular, distinta, que desde hoy vamos a postear con vuestro permiso. Ojala os guste. Bienvenid@s.