Artículos | Articles

La enfermedad como herramienta artística.

Cristo ante los demócratas. Tinta y acuarela, texto en reverso. 29,5 x 22 cm. Firmado 2005.

Cuando pensamos en la creación de una obra de arte, se nos vienen a la mente diversos materiales, técnicas, contexto, ideas, etc., que el artista podría haber utilizado; pero nunca llegamos a pensar que una enfermedad sea un elemento más de ese proceso artístico y hasta la propia razón de existir de esa obra.

La enfermedad se convierte en un compañero de trabajo y se crea codo con codo con ella. Te ayuda y a la vez te ahoga: ¿puede esa enfermedad, que poco a poco te está matando, ayudarte a crear?

Raúl Romero sufría depresión y trastorno obsesivo compulsivo, dolencias que le ayudaron a crear inconscientemente un nuevo estilo de arte tan propio y personal como la combinación de sus enfermedades.

El sueño de Don Quijote. Técnica mixta sobre papel. 29 x 21 cm. 2005. Sin firma.

 

En sus obras descubrimos a un hombre medicado, obsesivo, cuyas obras ocupaban gran parte de sus días y la creación de éstas se alargaba en el tiempo hasta que su enfermedad decía basta.

Un hombre que, con una precisión de cirujano, construía pedazo a pedazo una obra tan perfecta y minuciosa que muchos categorizarán como un grabado, pero nada más lejos de la realidad: ese “grabado” es en realidad un dibujo, tejido mano a mano con su TOC.

¿Puede la enfermedad nutrir el arte? ¿Puede esa enfermedad que acompaña tu mano raya a raya en el proceso de creación matarte? ¿Sus obras constituían para él una terapia que le ayudaba a exorcizar sus demonios, o por lo contrario, le alimentaban su obsesión?

Porque al final, lo que nutre te mata tal y como el oxígeno te oxida.

Pero Raúl Romero, jamás vio su arte como algo negativo, fue capaz de canalizar su dolor convirtiéndolo en algo bello que perdurará en el tiempo.

Con su gran meticulosidad y versatilidad logró la excelencia en cada uno de los estilos, temas y técnicas que abordó. Cuando se ve una obra suya, sólo es clasificable dentro del movimiento artístico Raúl Romero.

Podrá tener reminiscencias a algunos de los artistas a los que admiraba, pero en ocasiones hasta los superó. RR es incomparable e inimitable, su talento era demasiado grande como para empequeñecerlo encasillándolo en un solo género.

Sofía Martínez Hernández y Tànit Villamartin Espert
Críticas de Arte