Artículos | Articles

¿Cómo hay que observar una pintura?

La pregunta se las trae. Y para responderla hay ríos de tinta con tantas opiniones como autores han escrito sobre el tema. El Arte, y particularmente la opinión personal, parte de la emoción, pero es indudable que existen claves técnicas que nos pueden ayudar a comprender –y opinar- sobre si una pintura tiene calidad o por el contrario es evidentemente mediocre. Y por mediocre no hay que entender que no tenga su “público”, sino, simplemente, que no va a cotizar en el Mercado.

Para empezar –obvio- mirar de frente, tranquilos, serenos, y ver el tema, la composición y el dibujo. El color (tono y valor), la técnica y el estilo, y a partir de aquí, la creatividad y el buen gusto. El arte y el diseño son disciplinas sujetas al escrutinio público y personal, y las críticas habitualmente son muy poco objetivas y si muy “emocionales”. Quien no esta inmerso en este universo resume en un me gusta / no me gusta (¡anda, como en Facebook!) y a buen seguro con un mínimo de conocimiento adecuado se obtiene una habilidad que nos permitirá comentar o criticar un lienzo de un modo bien distinto. Sugerimos varias cosas para diseccionar un cuadro:

Autor, título y descripción. Sencillo. Estilo, autor y época. Mirando el título ¿le pondríamos otro nombre?. Por lo general tendemos a titular de modo distinto al original del artista. Pensad en abstracto, o con un ejemplo muy claro: “Las señoritas de Avignon”… de un tal Picasso.

Observar y explorar la pintura. Mirarlo atentamente, aunque solo sean un par de minutos. El tema, claro, pero también los objetos, los símbolos, los colores, la textura y –en suma- la composición de los elementos que construyen la obra. Un cuadro normalmente evoca emociones antes del análisis crítico, de modo que dejemos la respuesta emocional para el final y fijémonos antes en el “como se ha hecho”.

Tamaño y forma. O los tres metros horizontales de “Las meninas” o “El grito” de Munch. ¿El tamaño del lienzo se ajusta al tema?. Un lienzo rectangular vertical agrega más atención a un retrato, mientras que las “descripciones” suelen ser horizontales.

Temática. ¿De qué habla la pintura?. Paisaje, bodegón, abstracción, realismo… tantos temas como pintores, o mejor dicho, como imaginación y creatividad tiene el autor. Observar cual es el tema, o lo que trata de decirnos la pintura. Es vital a la hora de entenderlo.

Símbolos. Lo más importante es cómo se pinta y no que es lo que se pinta. Cuestión de perspectiva, en todos los sentidos. Dicho de otro modo, no es lo mismo observar algo genuino –guste o no- que intentar imitar escenas y temáticas de mujeres vestidas de blanco en la orilla del mar, emulando a Sorolla, que la mayor parte de las veces son de una cursilería patética y fuera de lugar. El simbolismo y la fuerza de lo propio, aunque con ello te tachen de “impresionista” o de rarito.

Medios. ¿Qué medios ha usado el pintor?. Técnica al pastel, carboncillo, óleo, tiza o piedra de cemento… experimentando o en estado puro. ¿O todo a la vez?. Ah, obvio, y con que grado de dificultad en cada uno de los materiales. Mientras que la pintura al óleo es la reina de los pigmentos, todos podemos dibujar con un lápiz, pero muy pocos logran algo artístico.

Color. ¡Hasta aquí podríamos llegar!. El color se usa para transmitir emoción o para representar la realidad. Su valor y su tono, su fuerza y su composición, su presencia. El color es a la pintura lo que los acordes a la música. Cuando miremos un cuadro o un dibujo, los colores cálidos o fríos ¿se ajustan a la temática del objeto o sujeto?. Y ya ni que decir tiene si hablamos de sombras, o colores reflejados entre los elementos. Pensad en “la noche estrellada” de van Gogh…

Textura. ¿Cómo se ha creado la textura con los medios elegidos?. Si se trata de un collage, un óleo o un cuadro experimental de esos “lo ha hecho mi sobrino de cinco años”… uhhh. ¿Es áspero, liso, brillante, o tiene mezclas?. Cuando estéis delante de un cuadro, la textura es un factor que influye en la interpretación de la obra.

Dibujo. Sin un buen dibujo, sin base, todo se viene abajo. Igual que un arquitecto diseña y luego proyecta, el pintor dibuja y luego pinta. ¡Que mente tenia El Bosco!. No tiene porque ser “perfecto”, pero si debe ser acorde con el color. Coherencia, las proporciones y trazos. En suma, la composición de los elementos, su situación, el flujo visual de las partes y el todo, e incluso el punto focal de visión. ¿Qué ejerce atracción a los ojos desde o a través de la pintura?. Mirándolo así puede que hasta en una obra clasicista o académica observes puntos de irrealidad. Que se lo digan al “Saturno” de Goya…

Estilo. Muy importante para aprender a ver y valorar una obra de arte. Además cada estilo debe diferenciarse y observarse con distintos criterios, es decir, cada uno dentro de su contexto. Si observas “realistas” tiene que haber un buen dibujo; “impresionistas” proporciones y perspectiva, pincelada fragmentada y colorido vibrante y arbitrario”; “abstracción”, olvida los cánones académicos y siéntelo…

Ah, claro, por último, ¡la opinión personal!. El me gusta o no me gusta. Pero eso ya queda al gusto del consumidor, especialmente si sientes algún tipo de emoción.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.