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RAÚL ROMERO Y SU PERCEPCIÓN DE LA MUJER

Raúl al ser alumno de Bellas Artes, pasó por todas las disciplinas curriculares, por lo que hasta cierto momento de su vida la representación de las modelos es fidedigna, aunque siempre con su sello personal de fuerza.

Pero hablamos de su etapa de madurez, cuando realiza trabajos imaginativos y expresa en sus obras sentimientos y sensaciones.

La imagen que él tiene de la mujer, si nos basamos en sus pinturas, es cuando menos distante. Alguna vez hemos hecho alusión a sus “maternidades”. En estas obras se puede apreciar la actitud resignada y fría de la mujer con relación a sus vástagos, como si fueran simplemente una obligación, sin ninguna otra connotación.

Pero es en las obras “puramente originales”, de RAYISMO por ejemplo, donde la mujer está en la mayoría de las ocasiones dando la espalda al espectador, ya sea de pie o tumbada, con elementos añadidos y antropomorfos como garras o picos, estas figuras tienen caracteres sexuales secundarios acentuados.

La obra de Raúl Romero Altares en su conjunto merece un estudio psicológico, en el apartado que nos ocupa hoy, doblemente.