¿Si te toca la lotería, que cuadro comprarías?.
Hoy 22 de diciembre. La lotería, ya sabéis. Y aunque estés leyendo esto fuera de día, la pregunta lleva la intención de conocer los gustos de nuestros lectores. Y es que como dijo Gabriela Mistral “La experiencia es como un billete de lotería comprado después del sorteo. No creo en ella”, pero si en realidades, y especialmente, en cuestiones de Arte. Claro, ya sé que vas a decir que no es lo mismo el premio gordo, que un tercer premio, o la pedrea (¡22 diciembre, día internacional de la salud!), pero se trata de jugar, de saber, de bucear en la mente de cada uno y por un momento, soñar. Picasso, Bacon, Modigliani, Matisse, de Chirico… ¿Cuál?.
![]() «No 1 (Royal Red and Blue)» 1954. Mark Rothko, 75,1 millones $US. |
![]() «Retrato del Dr. Gachet», 1890. Vincent van Gogh, 82.5 millones $US |
![]() «Retrato de Adele Bloch-Bauer II», 1912. Gustrav Klimt. 87,9 millones $US |
Con estos precios, ni aunque nos tocase la lotería todos los años hasta la jubilación podríamos comprarlos, pero aun así soñar es gratis y mirar -deleitándonos- también. Existe el falso mito de que el arte es una inversión segura y por eso hay gente que piensa que cualquier pintura se revaloriza. No es verdad. Si el artista o el movimiento al que pertenecía no está considerado relevante en la historia del arte, se trata de una copia o es una obra de baja calidad, su precio no habrá aumentado a menos que se trate de una antigüedad y se valore más por sus años y estado de conservación que por la pintura en sí. Por tanto, pongamos los pies en el suelo, y decidamos “qué pintura comprar si nos toca la lotería”. ¿Cómo inversión o por placer?, ¿para llenar espacio en el salón y presumir o como logro personal?, ¿autor, tema, tamaño…?.
“Tapar agujeros, liquidar la hipoteca, ayudar a mis hijos” son los tres ideales más comunes cuando hay un golpe de suerte en la vida. Y una vez cumplidos, el dinero que nos queda, yo, personalmente, en vez de acudir a Sotheby’s (¡¡quien pudiera!!) apostaría por la obra de un artista que me hiciera sentir, obra nueva, distinta, por invertir en algo exclusivo que, en la mayoría de los casos –sin necesidad de ser Picasso- llene mi casa o mi despacho, de fuerza, de creatividad, de ARTE. Adecuar el dinero que tengo a mis gustos. Ser exclusivo y disfrutarlo solo, o en compañía, de un trabajo original, de artista. Y diciendo esto, ahora me doy cuenta, para todo ello no hace falta que me toque la lotería, solo tengo que pensarlo, decidirme y hacerlo.
Comprar Arte, como aquella publicidad de los diamantes… ¡es para siempre!.
«No.5», 1948. Jackson Pollock, 140 millones $US. |
«El sueño», 1932. Pablo Picasso, 155 millones $US. |
“Les joueurs de cartes», 1895. Paul Cézanne, 250 millones $US |